Entrevista de la revista "Forjador de Campeones" a Omar Zarif - Parte I.
Es uno de los jugadores de personalidad más vigorosa de la B Nacional. Este año está ratificando la bondad de sus condiciones; está erigiéndose en un baluarte merced a la marcación del rival sin distingo de posiciones. Es un elemento de valía y empuje ponderable. A sus 33 años de edad está exhibiendo toda la gama de su experiencia, todo el oficio de quite y apoyo de
varios años de integrar diversos equipos en las categorías de ascenso y en la primera división.
El Turco Zarif es todo fuego, corazón. Tiene el temple acerado de los tenaces. Es todo empuje; no sabe de fatiga, y cubre
con su labor múltiple varios sectores del campo. Cautiva porque pone en acción un entusiasmo, una rúbrica vital. Su brío no sufre
mella ni cansancio; resulta un defensor estupendo por su espíritu de lucha. Está en la doble tarea de neutralizar los avances adversarios y de proyectarse para alentar los avances propios.
Su carrera se fue proyectando en ascenso, hasta llegar a Rosario Central, a préstamo, en julio de 2008. Los "Cien Barrios Porteños" serían testigos de una extensa trayectoria en el ascenso argentino . Sus destacadas actuaciones en el equipo del Colegio La Salle
de Avellaneda, su ciudad natal, ya lo distinguían como un jugador distinto. Por eso Dock Sud lo fichó en 1998 para jugar en la
primera B. Jugó nueve encuentros pero el equipo de la casaca auriazul a rayas verticales descendió a la primera C.
Después de cuatro años en el Docke buscó un mejor horizonte en Los Polvorines, desempeñándose en El Porvenir, que militaba en la B Nacional. Tras una temporada pasó por Lomas de Zamora para jugar en Los Andes, también en la segunda categoría del fútbol argentino. Siguió progresando y al año se fue para Florencio Varela. En Defensa y Justicia alcanzó un importante rendimiento, que le permitió ser transferido a Nueva Chicago. En Mataderos lo
recordarán por mucho tiempo, puesto que con este equipo ascendió a la Primera División en 2006, con Rodolfo Motta como
técnico. Llegó a ser capitán de ese conjunto. Su nuevo destino sería Parque Patricios. En Huracán se afianzó en primera división
en la temporada 2007-08. Allí Central puso sus ojos en él. Su primer y hasta ahora único gol con nuestra camiseta no tardaría
en llegar; fue el 17 de septiembre de 2008 en un triunfo frente a Arsenal por 3 a 0. Un compañero recuperó una pelota por derecha
a la salida rival y envió el centro atrás al rastrón para que Zarif, ya ingresado al área, fusilara al arquero contrario. Luego, salió corriendo como un loco revoleando la camiseta totalmente amarilla que lucía Central esa noche. "Tenía muchas ganas de convertir, soñaba con hacer ese gol, más que nada en el Gigante. Por eso la
locura en el festejo, para mí fue un desahogo. En mi carrera tengo más goles con la zurda que con la derecha, quizás porque como soy carrilero, me queda más seguido para pegarle de perfil zurdo. Pero a ésta había que meterla con lo que sea", les explicó
luego a los periodistas.